Me gustan los viernes, la música salsa, la risa de mis hijos, la letra cursiva, el bollo de coco, un raspao de kola y el corozo con sal, dormir mientras llueve, ponerme sombreros, comer algo nuevo, hacer amigos, viajar y amanecer junto al mar. Foodies es mucho de lo que soy, el reflejo de aquellas cosas que me gustan, que me inspiran y me llenan de alegría, gracias por estar aquí.
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domingo, 7 de febrero de 2016

El Té

Preparando el guion de nuestro paseo gastronómico Chapinero Heights leí una de las historias más bellas alrededor del origen del té: Buda, abrumado por los sufrimientos del hombre y su lucha permanente contra los embates de la vida, dejo caer una lágrima en un jardín del que hizo brotar una planta con la que daría consuelo espiritual a toda la humanidad. La civilización vio que era buena así que sembró campos enteros para mitigar la tristeza, las enfermedades y la soledad. Con el paso del tiempo, ese pequeño arbusto creado por Buda tomó el nombre de TÉ.

Esta leyenda la compartimos muchas veces durante nuestras paradas en el Taller de Té, un pequeño local clavado en las montañas de Chapinero, donde Laura Cahnspeyer ha creado un espacio para conversar, aprender y tomarse el tiempo para disfrutar una taza de té. Gracias al taller me enamoré del que hoy es mi té favorito: El masala chai.

Una temporada después nació Quinta Chic y haciendo la curaduría de las nuevas paradas me encontré a Ixcacau, un salón de té en el que todas las tardes recuerdan el ritual vespertino de la Duquesa Ana de Bedford sirviendo tazas de Earl Grey con una selección de bocaditos de sal y de dulce. María Victoria, Caro y Juli han convertido el afternoon tea en una costumbre cachaca a la que nos hemos sumado nosotros para dar la bienvenida al barrio inglés.

Hace año y medio abrieron el primer Granel Gourmet, ubicado en la mitad de las coordenadas de lo que para nosotros es Chapinero Heights. Junto a Pablo diseñamos una experiencia para darle gusto a los sentidos seleccionando en su tienda el té y los ingredientes para preparar una receta en casa. Esa parada que incluimos para compartir la novedad de su negocio, es hoy una de las mejores punteadas por nuestros paseantes.

Han pasado casi tres años desde que Foodies nació y desde entonces el té ha sido un invitado de nuestros paseos, ahora nos alegra tenerlo nuevamente como protagonista en el set Tarde de Té de Tropicalía, la nueva aventura de Baron Artistizabal que ofrecemos en TiendaFoodies.com. Una serie limitada de 24 piezas que busca construir un trópico abstracto a partir de ilustraciones 100% hechas a mano, preciosas para vestir la mesa y también para atender con cariño a quienes queremos reconfortarle el alma.

Para mí, que vengo del Caribe, el té fue un descubrimiento tardío que llegó para quedarse, así como uno quiere que perduren todas las cosas buenas de la vida.

¡Feliz Domingo!

martes, 6 de enero de 2015

Mi primer Blog: Los inicios de Foodies.

Una de las cosas que más disfruto de estos últimos años es que he podido volver a las cosas que me gustan. Este blog lo abrí como una invitación a volver a escribir y qué alegría empezar esta nueva aventura online celebrando el primer año y medio de Foodies, mi proyecto más querido y personal.

Es increíble cuanto ha pasado en este tiempo. Recuerdo que tenía mucho miedo a emprender cuando Foodies inició. En ese entonces estaba cerrando dos negocios sin éxito que me dejaron sumergida en un montón de compromisos económicos que desahuciaban cualquier idea que requiriera un poco de capital así que con la premisa de cero inversión desempolvé los apuntes de una idea que había guardado durante un viaje a Nueva York.

Todo empezó en el 2007 cuando agendé una cita con un viejo amigo para vernos en Times Square. Ese día mi plan de la mañana terminó antes de lo previsto así que para estar cerca al punto de encuentro me animé a inscribirme en un tour que contaba en dos horas la historia de Nueva York partiendo desde la estación de Grand Central. El tema sonaba bien pero hubo un detalle que me encantó: el tour incluía pequeñas degustaciones de perro caliente, sanduche de pastrami, pretzels, bagels y shish kebabs, un cóctel de comida callejera que sin duda me cautivó. Esa tarde el recorrido se extendió a casi tres horas, el guía era un diseñador desempleado -como los muchos que hay en Nueva York- con una pasión evidente por la historia, quien había decidido darle un giro a su tour sumando ciertos snacks al recorrido. Al finalizar el paseo imaginé de inmediato que nuestra comida también podía ser un medio para contar nuestra historia y hacerla más atractiva. Lo anoté en mi cuaderno con la emoción que algún día esa idea vería la luz y el día llegó.

A mediados de octubre de 2012 mi papá y yo tuvimos una conversación sobre mi futuro. Estaba devastada por mis reveses como empresaria. Hoy cuando oigo decir que lo más difícil es volver a creer en uno mismo se que no es solo un cliché. Mi papá insistió por varios días y consiguió convencerme de que la vida está llena de retos y que ese era el momento de sacarle jugo a las malas decisiones del pasado con la ventaja que ya sabía lo que no debía hacer. En diciembre de ese año comencé a diseñar las paradas del paseo Cartagena Street Food inspirada en el tour de Nueva York. Una incapacidad de mi papá nos regaló días enteros para hablar de la comida con la que ambos crecimos. Era sorprendente como cada bocado, al igual que en NY, tenía su origen en las corrientes migratorias que habían llegado a la ciudad después de la colonización, una historia que ahora estaría servida en cada esquina de Cartagena de Indias.

Los meses siguientes trabajé sin parar en compañia de Stu, un amigo inglés con el que compartí la primera etapa del proyecto y la política de invertir lo mínimo, tal vez la única que hicimos por esos días fue la compra del dominio foodies.com.co que no superó los $40.000 (US$20), lo demás fue producto de nuestro esfuerzo. Stu se retiró de Foodies antes que tuviéramos el primer paseo y aunque fue un punto de quiebre en el que me vi frente a un nuevo fracaso, otra vez me llené de optimismo para seguir adelante.

El primer paseo de Cartagena Street Food sucedió en Junio de 2013, la fecha que marca el principio de Foodies y la nueva vida que decidí para mi y mi familia. Ya han pasado 18 meses y qué felicidad que llegue este año con tantos planes por hacer.

Hola Enero, ¡Bienvenido 2015!